Musée de la Chalosse
MUSEO
A las puertas de Landas Chalosse, Montfort-en-Chalosse es una bastida. Esta forma de pueblo del siglo XIII es propia de Montfort-en-Chalosse ya que no se organiza en torno a una plaza central rodeada de arcadas como la tradicional Bastida del Sudoeste, sino más bien alrededor de una calle central y estrecha. De visita obligada es el Museo de la Chalosse, verdadero testimonio de la vida en el siglo XIX. Este museo sabrá seducirte por su enfoque moderno e interactivo.
Situado en el señorío de Carcher, el Museo de la Chalosse te invita a descubrir todas sus facetas: la casa señorial, elegantemente amueblada, la bodega y su lagar romano, el horno de pan, la casa y el jardín del aparcero… sin olvidar a Yoan y Martin, los bueyes de Chalosse, y la cerda gascona vestida de seda negra. Cada año, una exposición-evento enriquece el Museo y, a comienzos de octubre, la fiesta de la vendimia anima la bodega como en los viejos tiempos.
En verano, en el pueblo de Montfort-en-Chalosse podrás disfrutar de la piscina climatizada y las pistas de tenis. Si quieres visitar la ciudad, te aconsejamos salir del mercado cubierto y seguir el circuito que lleva por la calle de l'Escaraillette (callejón de la Edad Media). En la plaza François Dupaya, desde el mirador, apreciarás unas fantásticas vistas de la Chalosse. Detrás de ti se abre el jardín de Payot, un rincón inesperado y secreto: la fuente de cien peldaños, su lavadero restaurado y su plantación de bambús (con 150 escalones por bajar y volver a subir con una sonrisa). Quienes prefieran un guía para descubrir Montfort, pueden concertar cita con Maurice y Jean, nuestros greeters (habitantes embajadores).
Detrás del lavadero, adéntrate en el bosque hasta llegar a la iglesia Saint-Pierre, que presenta huellas de construcciones de diversas épocas y estilos. El edificio primitivo era de estilo románico (nave y campanario). La iglesia fue ampliada en la época gótica y en los siglos XVII y XVIII también se efectuaron numerosos cambios. Detrás del altar mayor descubrirás capiteles adornados dignos de admirar. Afuera, la tumba estilizada de Guy Boniface, campeón de rugby oriundo de la ciudad, ofrece a los visitantes una bella panorámica sobre los Pirineos.